La baguette francesa, patrimonio cultural inmaterial: UNESCO
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Uno de los emblemas culinarios y sociales de Francia fue inscrito este miércoles en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Unesco.

La Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) agregó este miércoles en su lista de patrimonio cultural inmaterial el proceso de fabricación y la cultura de la baguette, el tipo de pan más popular en Francia.
El comité que examina las candidaturas ha tenido en cuenta las características especiales del proceso, las técnicas requeridas y las pautas de consumo y prácticas sociales que lleva aparejadas: “una compra diaria que conlleva visitas regulares a las panaderías; una forma alargada que requiere exposiciones específicas”.

Foto: EFE
La candidatura, presentada en marzo de 2021 y aprobada definitivamente en una reunión celebrada en Rabat (Marruecos), cuenta también con el aval del gremio de panaderos franceses, que confían en consolidar así uno de los símbolos gastronómicos del país.
El Presidente de Francia, Emmanuel Macron, celebró la decisión de la UNESCO compartiendo la foto de un niño sonriente corriendo con una baguette en la mano.
La ministra de Cultura de Francia, Rima Abdul Malak, aplaudió también el “reconocimiento para los artesanos y esos lugares unificadores que son las panaderías”. La baguette es ‘parte del día a día de los franceses” añadió.
Las leyes de la comida francesa definen a la baguette tradicional como un producto que sólo debe contener los siguientes cinco ingredientes: agua, harina de trigo, levadura y masa madre y sal. Añadir cualquier otro ingrediente a la receta básica implica que el panadero cambie el nombre del producto elaborado.
“Al registrar el saber hacer y la cultura de la ‘baguette’ en el patrimonio cultural inmaterial, la Unesco destaca que una práctica alimentaria puede constituir un patrimonio por derecho propio, lo que nos ayuda a ser parte de la sociedad”, afirmó la directora general de la Unesco, Audrey Azoulay, sobre esta nueva inscripción.

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Según Azoulay, “honra el saber hacer de los panaderos artesanos” y también “celebra toda una cultura: un ritual diario, un elemento estructurante de la comida, un sinónimo de compartir y de convivencia”.
“Es importante que estos conocimientos artesanales y prácticas sociales puedan seguir existiendo en el futuro”, explicó Azoulay, que destacó que el registro de la baguette “va acompañado de medidas de salvaguardia concretas que Francia y los profesionales se comprometen a aplicar”.
(Con información de Europa Press y EFE)